¿Dónde estoy?

El décimo arte es un blog orientado a la traducción de los videojuegos y la informática aplicada a la traducción. Es una especie de cuaderno de bitácora de una asignatura de la UAM de Madrid, pero su contenido no será el que se estudie en clase sino de cosas que puedan estar relacionadas con ella y con las cosas que me interesan.

martes, 3 de abril de 2012

Recap de Semana Santa

Hasta Semana Santa hemos estado tratando la traducción automática y la asistida, y las memorias de traducción.

La traducción automática consiste en dar un texto a un programa y que él lo traduzca. Hay dos formas en las que el humano puede intervenir. La primera es enmendar el texto final, que tendrá errores de distintos tipos según la tipología textual. La segunda es enmendar el texto origen para que el programa dé mejores resultados (cosa que hay que hacer con mucho tino y práctica si no se quiere empeorar el resultado). En el primer caso la informática asiste al humano, en el segundo el humano asiste al software. 

Acerca de esta cuestión hicimos dos prácticas, una era probar el traductor de google sin más y luego corregir un poco el texto de llegada catalogando los errores. La conclusión es que si el texto es especializado, al ser un lenguaje unívoco, simple y directo, el software funciona relativamente bien tras una pertinente revisión humana. La segunda prueba consistió en probar a cambiar cosas de un texto origen para ver si con eso mejorábamos el texto de llegada. Depende mucho de los cambios que se hagan, se pierde o se gana, pero es importante tener en cuenta este mecanismo porque si uno da con una serie de retoques que facilitan luego la producción del texto de llegada los puede ir introduciendo en sus textos de origen para allanar el camino. Es mucho más humano hacer lo primero, enmendar el texto de llegada, pero asusta bastante saber que ser nosotros los que ayudemos al programa también puede dar buenos resultados.

La otra cara del software para traductores son las memorias de traducción. Esto es algo mucho más humano, son listas de equivalentes en varios idiomas que uno se hace para que luego cuando esté traduciendo, el programa le vaya sugiriendo resultados que ya previamente hemos usado en otros textos, ya sean palabras, construcciones, oraciones, párrafos. Funcionan exactamente al revés que los programas de traducción automática en cuanto a que el trabajo inicial es mucho mayor (que darle al botón de traducir) pero los frutos son mucho mejores ya que somos nosotros los que hacemos las cosas y no un programa, conque habrá mucha menos revisión. Es especialmente útil para textos rutinarios y repetitivos especializados donde X en inglés es Y en español sin vuelta de hoja. 

Sobre las memorias de traducción lo que hemos trabajado es la alineación. La alineación consiste en tomar dos textos paralelos (textos iguales o casi iguales en distintos idiomas) y a partir de ahí sacar una lista de segmentos equivalentes ya sea estructurados en párrafos u oraciones. Ejemplos de textos paralelos por excelencia serían prospectos farmacéuticos, manuales de instrucciones y cualquier tipo de texto prescriptivo multilingüe.

Para hacer esto necesitamos tener dos .txt (word y adobe tienen convertores), esos dos .txt los pasaríamos al Bitext (que nos permite unir y cortar párrafos y hacer retoques en los segmentos), que nos daría un .tmx. El .tmx después se puede incorporar a una memoria de traducción (con dejà vu por ejemplo). Otras aplicaciones funcionan con otros formatos como rtf.

¿Y qué podemos concluir de toda esta pequeña investigación?

- La traducción automática y asistida es un hecho en la vida del traductor moderno y en la vida de los que no conocen varios idiomas, especialmente en los textos especializados, que son los que más demanda tienen y los más compatibles con esta tecnología.
- La traducción automática sin revisión es bastante desastrosa. 
- La traducción automática con revisión puede dar buenos resultados en textos rutinarios, repetitivos, mecánicos, especializados, técnicos.
- Revisar una traducción automática es un trabajo considerable que puede igualar o superar al de la traducción humana.
- Mecanizar los procedimientos de revisión dará un buen ritmo de trabajo.
- Se debe tener en consideración el revisar el original para que el software funcione mejor: los resultados son algo erráticos al principio, pero si se controla puede ayudar.
- Las memorias de traducción son una gran ayuda, dan bastante trabajo inicial pero son la herramienta más útil que tenemos. Minimizan mucho la revisión y el trabajo cuando la inversión de tiempo inicial se ha amortizado.
- Los textos que no son unívocos, claros, transparentes y dan lugar a interpretaciones o ambigüedades como los literarios, cinematográficos, artísticos, etc. son intratables con este software.

AH, una cosa, he borrado algunos comentarios porque me di cuenta de que no eran del todo pertinentes en un blog didáctico con supervisión del profesorado de la UAM. Espero no haber ofendido a nadie.

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